domingo, 2 de mayo de 2010

DE LAS FORMAS ORIGINARIAS AL COOPERATIVISMO ACTUAL

Tema Uno: De las formas originarias al cooperativismo actual

TESIS


1. En el llamado tercer mundo y en ESTA EPOCA, el cooperativismo se encuentra en una confusa crisis ideológica y doctrinaria, con descuido flagrante de sus principios ausentes de toda praxis, los mismos que le dieron origen y deberían orientar su actividad, su gestión y el uso de sus resultados.
Un indicativo de tal crisis, es evidente en el fracaso social y la quiebra financiera de importantes cooperativas.

2. El cooperativismo colombiano iniciado con especialización en consumo de tendencia Rochdeliana, deriva hacia tendencias monopólicas, materializadas en organizaciones gremiales de empresarios capitalistas, como los servicios de transporte y el incremento de la actividad especializada como: El ahorro y crédito, pero con muy poca vocación por la producción de bienes de capital y de consumo o en cuanto a generación de empleo.

OPINION

A pesar de los muchos aspectos positivos de las cooperativas, las incógnitas también son grandes. La crisis de las cooperativas de ahorro y crédito de 1998 ha sido superada, pero mostró que el sector necesita altos niveles de control y vigilancia. Aunque la situación ha mejorado en ese aspecto, Colombia está lejos de alcanzar un nivel satisfactorio.
Los casos de éxito no ocultan el hecho de que la figura de las cooperativas es explotada por muchas entidades, que se registran como tales pero son poco más que vehículos baratos para evadir impuestos. En la lista de más de 8.000 cooperativas registradas en Colombia hay centenares de nombres que están ahí por razones equivocadas, y lo grave es que nadie podría establecer rápidamente cuántas son. Para rematar, el Estado colombiano tuvo estrepitosos fracasos en el pasado cuando intentó generar cooperativas para sacar adelante programas de desarrollo, como ocurrió en la época de la reforma agraria.
Crear riqueza a partir de pobres y desempleados no es nada fácil y las cooperativas no son una vara mágica que pueda resolver este dilema instantáneamente. Sin embargo, sus posibilidades son muy importantes.
La conclusión es que las cooperativas definitivamente pueden lograr resultados notables si se mantienen tres pilares para su desarrollo: un liderazgo capaz de interpretar correctamente las oportunidades en el mercado, un respeto estricto por los principios cooperativos y una regulación adecuada para el sector.
La vocación del cooperativismo no es barnizar de dignidad a la pobreza. Su vocación es crear riqueza y ponerla al servicio del ser humano". El primer requisito para el éxito no es diferente del que se aplica a cualquier otra empresa: hay que identificar una oportunidad en el mercado. Tiene que haber algún tipo de ineficiencia que se resuelva muy bien mediante el poder de asociación en una cooperativa.
Si algo puede hacer el gobierno para replicar y extender la experiencia de las cooperativas, es ayudar a quienes emprenden este tipo de iniciativas a articularse para visualizar y aprovechar las oportunidades. Un excelente ejemplo es lo ocurrido con el sector agrario en los últimos años. En muchos productos se perfila la oportunidad que sale del pobre funcionamiento del mercado. Finalmente, una característica de las cooperativas exitosas es que su gobierno corporativo funciona. En este modelo de organización, en el cual los asociados son numerosos y tienden a pertenecer a estratos populares, puede ser fácil nombrar juntas directivas de papel, que no se metan en la administración. En buena medida, la falta de controles internos permitió la crisis de las cooperativas de ahorro y crédito en la segunda mitad de los años 90. El debate que rodea actualmente a las cooperativas de trabajo asociado ilustra la diferencia entre las cooperativas que respetan los principios y las que son indiferentes a ellos.
En las cooperativas de trabajo asociado, los afiliados aportan su trabajo y comparten los beneficios. En años recientes han surgido muchas cooperativas de este estilo, donde los trabajadores se asocian para vender sus servicios a una empresa. El mecanismo es controvertido, pues en muchos casos estas cooperativas están controladas por los empresarios y su único propósito es reducir costos laborales.
Para que las cooperativas asuman su papel como impulsoras de un nuevo modelo económico, es necesario darle al sector el trato que le corresponde. Es esencial generar estadísticas válidas. Actualmente, proliferan entidades reguladoras con bajos presupuestos de operación que refuerzan el pequeño tamaño y el bajo horizonte de aspiraciones del sector. Es necesario incrementar el alcance de la Superintendencia de Economía Solidaria, para que pueda ejercer un control eficaz sobre las entidades a su cargo.
La tarea del gobierno es dar soporte en educación, formación gerencial, acceso a crédito y un marco regulatorio efectivo, para que las cooperativas que tienen la motivación correcta no se frustren antes de alcanzar la escala necesaria para ver el fruto de sus proyectos. Una vez que han superado ese límite de escala y han aprendido a operar como organizaciones coherentes, ellas pueden convertirse en verdaderas máquinas de productividad, capaces de elevar el nivel de vida de sus asociados dentro de una economía de mercado.



tema Dos: La economía solidaria y el conocimiento

Tesis


1. El componente de educación para la economía solidaria es pues, un motor dinamizador de comunidades con deseo de cambio, en un contexto concreto, donde todos los actores participan en el proyecto y posibilitan su desarrollo, en los diferentes ámbitos, como consecuencia de su exploración en el mundo de los posibles.

2. La economía solidaria es una opción de apertura mental, para reconocer que la verdad es una idea en permanente evolución, donde la tolerancia es fuente de solidaridad, que fertiliza y germina solo en una tarea colectiva, actuando en una realidad en construcción.

OPINION:

En las sociedades capitalistas contemporáneas, y en especial, en los países atrasados como el nuestro, las empresas de economía solidaria constituyen prácticamente la única alternativa empresarial para que amplios sectores de la población marginal del campo y la ciudad encuentren un camino para auto generarse un empleo y poder satisfacer sus necesidades fundamentales, materiales y espirituales, al tiempo que se le da un contenido liberador y enaltecedor al trabajo por fuera de la relación tradicional patrón obrero, dinamizando su capacidad creativa e innovadora.
Luis Razeto en su obra los caminos de la economía de la solidaridad, indica que un primer camino para llegar a la economía de la solidaridad, parte de la situación de pobreza y marginalidad en que se encuentran grandes grupos sociales en prácticamente todos los países latinoamericanos. Destaca igualmente, que amplios sectores de la población latinoamericana, al quedar marginados de la economía privada y de la estatal, que lleva ésta última un proceso de disminución en su participación en el campo laboral, han tenido que activar una economía popular que combina elementos de carácter tradicional con otros de tipo moderno, dando como resultado un mundo heterogéneo de actividades orientadas a la satisfacción de necesidades de subsistencia y de la vida cotidiana, tales como el trabajo por cuenta propia en pequeña escala en calles y plazas públicas; las microempresas familiares y organizaciones económicas populares; es decir; pequeñas asociaciones de personas y de familias que gestionan en común, sus recursos en términos de cooperación y ayuda mutua para desarrollar actividades generadoras de empleo o aprovisionadoras de bienes y servicios.

Frente a esta alternativa económica popular, Razeto se pregunta si estamos frente a un fenómeno coyuntural y pasajero o frente a una realidad estructural y permanente. Para intentar responder, señala que esa economía popular ha sido el resultado de múltiples factores: la implementación de políticas neoliberales; la impresionante concentración de capitales por parte de las multinacionales, que restan posibilidades a las empresas nacionales; la competencia entre los tres grandes centros del mundo desarrollado, Estados Unidos, la Comunidad Europea y el Japón que obliga a elevar la productividad y a reducir costos y el acelerado proceso de innovaciones tecnológicas que altera los requisitos de la fuerza laboral, quedando por fuera amplios sectores por falta de capacitación.

A lo anterior, se agrega también como elemento perturbador económico y social, el hecho de que países como Colombia, habían encontrado una actividad alternativa para obtener ingresos, el narcotráfico, orientado especialmente a los Estados Unidos. Pero éstos en los últimos años han presionado con todo su poder para desarticular la actividad productora y comercializadora de drogas sicotrópicas, con lo cual se han afectado no sólo los llamados capos, sino cientos de miles de campesinos y sectores marginales y medios de las ciudades, al tiempo que se han disparado los índices de desempleo, se ha resentido el consumo en general y se han tenido que aumentar los presupuestos oficiales destinados a la represión.

Igualmente en lo últimos años, en países como Colombia, se ha incrementado el desempleo y la marginalidad por el proceso creciente de quiebra de empresas manufactureras y agropecuarias que han salido del mercado ante su incompetencia frente a la producción foránea y por las políticas de privatizaciones que lanzan al desempleo a miles de personas que derivan su subsistencia directamente del Estado o de sus políticas asistencialistas o paternalistas. Muchas personas, al ser desvinculadas de las empresas estatales, recibieron en compensación sumas monetarias de cierta importancia como un supuesto capital de trabajo para que emprendieran, por iniciativa propia, actividades económicas que le procuraran ingresos, pero por ausencia de una mentalidad empresarial capitalista, rápidamente esos dineros se esfumarían entre sus manos.

El anterior complejo panorama colombiano se tornaría aún más confuso con la profundización y ampliación del problema guerrillero que, no solo ha conducido prácticamente a una economía de guerra y al surgimiento de nuevos elementos perturbadores como el paramilitarismo, sino que al elevarse los índices de inseguridad en el campo, ha disminuido en éste la inversión, con el consecuente aumento del desempleo y la marginalidad.

Todo este cúmulo de circunstancias y de fenómenos negativos para el incremento de la actividad privada económica, potencializan las posibilidades de las empresas de economía solidaria, siendo cada vez más una propuesta concreta e inmediata. La dificultad radica en lograr que esas formas asociativas elementales, determinadas por factores de violencia, consigan materializarse en empresas estables con proyección económica, lo cual constituye un reto pera los protagonistas de la tragedia, para los líderes del movimiento solidario y para la misma doctrina de la solidaridad que predica la bondad del sistema.
A la economía solidaria en general se le pueden aplicar los principios fundamentales que han inspirado las empresas cooperativas, tales como la cooperación, la solidaridad y la ayuda mutua, de los cuales se desprenden otros como el carácter asociativo, la autogestión y la participación democrática. Como sector social de la economía y las empresas que lo integran, la economía solidaria constituye un área dinámica, abierta a todas las posibilidades y a la capacidad creativa de los sectores populares, de acuerdo a las condiciones especiales de cada comunidad humana. Los principios cooperativos constituyen el derrotero y la filosofía de las empresas autogestionarias.
La empresa solidaria no se contrapone al interés individual, pues la historia ha demostrado que en la sociedad capitalista pueden convivir exitosamente las empresas privadas y las empresas de economía solidaria, pues cada una representa una alternativa diferente.
La persona con una marcada vocación hacia el éxito individual, con un definido perfil empresarial capitalista, que no se asocia ni le gusta compartir manejo y utilidades, no tiene necesidad de la empresa solidaria. Su campo natural de acción es la empresa capitalista



3. Tema Tres: Principios filosóficos de la economía solidaria

TESIS
1. A la esquizofrenia generada por la economía del mercado, debe enfrentarse el concepto de integralidad holística; a la depredación humana, la construcción de una sociedad con desarrollo integral y sostenible y a la deshumanización del trabajo, un modelo económico fundamentado en la solidaridad, cooperación y democracia directa.
2. Como contribución a u nuevo orden social, surge la propuesta económica, solidaria y humanista, basada en 4 aspectos teóricos fundamentales:
a. La interpretación histórica del hombre.
b. El humanismo como corriente de pensamiento.
c. La Holística, como concepto de integridad y fundamento de la solidaridad humana.
d. La racionalidad humanista de la economía solidaria.


OPINION

Decía Smith:
¨El esfuerzo individual es un principio tan poderoso por si sólo, que no solamente conduce la sociedad, a la riqueza y a la prosperidad, sino que supera las obstrucciones de las leyes humanas (el intervencionismo estatal)¨.
Para quien no tiene como objetivo el dinero en sí mismo, la empresa de economía solidaria le ofrece una excelente oportunidad para asociarse con personas de similar mentalidad para compartir en términos de igualdad y responsabilidad una empresa asociativa de trabajo o de servicios que les permitirá desarrollar a cabalidad sus iniciativas y creatividad dentro de un espíritu autogestionario y de cooperación, solidaridad y ayuda mutua, principios ajenos a la empresa capitalista, pues en esta siempre prima el espíritu de competencia excluyente y el ánimo desbordado por el control y manejo, que son las premisas para la obtención de mayores utilidades. En cambio, en la empresa solidaria, los buenos resultados para el asociado dependen del éxito colectivo a través de la obtención por parte de la empresa de buenos excedentes económicos, cuya distribución no esta relacionada con los volúmenes del capital invertido, sino con el trabajo realizado o la utilización de los servicios.

La empresa de economía solidaria tampoco excluye la posibilidad de que empresarios capitalistas, medianos y pequeños, se asocien en cooperativas u otras empresas solidarias para disfrutar de servicios como la seguridad social, ahorro y crédito, seguros, transporte de mercancías, recreación, educación y cultura.

En síntesis, son tan ricas y variadas las posibilidades que brinda la empresa de economía solidaria que puede dar cabida a los más disímiles estratos sociales, pues cada uno de ellos puede encontrar en ella un marco apropiado para buscar propósitos comunes o individuales no contrarios al interés colectivo de los asociados.
El ánimo de lucro y la Iniciativa Individual en la empresa solidaria, es la repetición dogmática de principios cooperativos sin profundizar en su contenido, lleva frecuentemente a visiones erróneas en torno a la empresa de economía solidaria, como en los casos de la interpretación del principio sin ánimo de lucro, y en la minimización de la iniciativa individual de los asociados.

La noción social de economía solidaria conlleva al éxito empresarial en todos los campos, como premisa para garantizar el bienestar de los asociados dentro de los propósitos buscados. Por ello, el tan difundido sin ánimo de lucro debe entenderse sin ánimo de lucro Individual, en el sentido de que ninguno de los asociados se enriquece o lucra individualmente de la empresa solidaria, a costa de otros, como acontece con la empresa capitalista. Debe entonces hablarse en forma más apropiada, en el sentido de que la empresa de economía solidaria busca un lucro social, es decir, unos buenos resultados económicos para que éstos se distribuyan entre los asociados y la comunidad en toda suerte de servicios: recreacionales, educativos, asistenciales, culturales, etc. Y es conveniente insistir en él, bajo un nuevo enfoque, pues su errónea interpretación le resta a la economía solidaria posibilidades de acercamiento a muchos sectores que tienen una visión dinámica de la empresa, cualquiera que sea su perfil. El concepto sin ánimo de lucro que tienen muchas legislaciones, incluida la colombiana, para caracterizar a las cooperativas y otras empresas asociativas, no tiene en el fondo mucho significado. Lo trascendente es que primen, por encima de cualquier consideración, conceptos como la autogestión, la ayuda mutua, la cooperación y la solidaridad.

De otra parte, es conveniente resaltar que en buena medida, el éxito de las empresas de economía solidaria también radica, al igual que en las capitalistas (guardadas las diferencias), en la iniciativa particular, individual, pero de todos y cada uno de los asociados, dentro del marco de los objetivos de la empresa autogestionaria, pues ésta es la suma de creativas iniciativas individuales con un sentido de solidaridad. De lo contrario, la empresa de economía solidaria fracasa, como ocurre frecuentemente, pues se deja la iniciativa al estamento administrativo, lo que conduce a su rutinización, que es la antesala de la burocratización, una de las más habituales y nocivas deformaciones de la empresa solidaria.

Yo tomaría estos como los principios:

1º- Adhesión voluntaria y abierta a todas las personas capaces de utilizar sus servicios y dispuestas a aceptar la responsabilidad de ser asociadas sin discriminación social, política, religiosa, racial o de sexo.
2º- Gestión democrática por parte de los asociados, quienes participan activamente en la fijación de sus políticas y en la toma de decisiones.
3º- Participación económica de los asociados, quienes contribuyen equitativamente al capital de sus cooperativas y lo gestionan de forma democrática.
4º- Autonomía e independencia
5º- Educación, formación e información. Las cooperativas proporcionan educación y capacitación a sus asociados para que puedan contribuir en forma eficaz al desarrollo de las mismas. Informan al público sobre la naturaleza y beneficios de la cooperación.
6º- Cooperación entre cooperativas para fortalecer el movimiento cooperativo y apoyarse mutuamente.
7º- Interés por la comunidad. No sólo se centran en atender las necesidades y deseos de sus asociados, sino que se preocupan por el desarrollo sostenible de sus comunidades.
BIBLIOGRAFIA

MARIO ARANGO. Economia Solidaria. Ed. Cooimpresos

www.gestiopolis.com

www.economiaenred.com

www.econoweb.8m.com

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